

El primer paso de un largo camino
Pamplona
Podría llamarme Ángel, Pedro, Inés, Juan, los nombres no son importantes, lo son las personas. Podría contaros la historia de mi vida, y seguro que tendríamos puntos en común, o no, pero en lo que si coincidiríamos, sería en el desenlace, soy ludópata.
No es agradable reconocerlo, pero es el primer paso en un largo camino. Sé que muchas veces os dirán, o escuchareis de terceros, que el problema está en nosotros, no os quepa ninguna duda, ahí está, pero la solución también está en nosotros y por eso estamos aquí. Sé que muchas veces el desánimo, la incomprensión, el rechazo, etc, son escusas que nuestra costumbre de auto engañarnos, durante mucho tiempo desarrollada, nos harán flaquear.
Es en esos momentos, donde debemos recurrir a nuestras fuerzas y ganas de ser felices a todos esos malos recuerdos, de noches sin dormir, angustia contenida para justificar lo injustificable, los momentos de lucidez después de jugar, donde el mundo se nos cae encima. Son esos recuerdos, bien encauzados (sin torturarnos con ellos) en donde debemos encontrar esas fuerzas, esa motivación, para conseguir nuestro objetivo que no es otro que recuperarnos y ser dueños de nuestras decisiones y de nuestra vida. Tenemos experiencia en razonar y manipular las situaciones para jugar. Hemos aplicado todo nuestro intelecto en ello y nos hemos agotado en ello. Aprovechémonos de esa capacidad de una forma positiva razonando lo que podemos hacer en cada situación, en cada contrariedad, en los malos momentos y también en los buenos, que los hay y poco a poco reconstruirnos.
No querría olvidarme de las personas de apoyo, los amigos que conocen nuestra situación, los compañeros, las terapeutas y monitores, ellos también son un punto de apoyo importante, en su cariño, su compañía, su comprensión, sus consejos, encontramos también recursos para el día a día, pero el esfuerzo es personal. Ellos no pueden estar siempre con nosotros y no lo estarán en esos momentos de duda y debilidad. Aprovechemos su interés en nosotros y contémosles nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestras sensaciones, no siempre las comprenderán, pero se alegrarán de nuestro interés en compartir nuestros problemas con ellos y nos animarán sin duda.
Sin más, me despido de vosotros con un fuerte abrazo y muchas ganas de luchar.
A.M.D.
P.D: No todas las llamas acaban en un incendio, pero todos los incendios empiezan con una.